“Incluso aquella tarde tuvo que haber algún momento en que Daisy no estuviera a la altura de sus sueños, no tanto por culpa de la propia Daisy, sino por la colosal vitalidad de su propia ilusión. Su ilusión iba más allá de Daisy, más allá de todo. Y a esa ilusión se había entregado Gatsby con una pasión creadora, aumentándola incesantemente, engalanándola con cualquier pluma que cogiera al vuelo. No hay fuego ni frío que pueda desafiar a lo que un hombre guarda entre los fantasmas de su corazón”.
Este es uno de los cientos de fragmentos con los que me he quedado de la obra más famosa de F. Scott Fitzgerald. Si bien no creo que sea de los más famosos sí que creo que es uno de los que mejor define al personaje alrededor de quien ocurre toda la novela que nos cuenta.
Toda la historia que Nick Carraway, nuestro narrador, nos cuenta empieza cuando decide viajar a Nueva York para trabajar en la bolsa y se muda a una pequeña casa entre dos grandes mansiones para pasar el verano, y poco después, en una fiesta de las cientos que monta normalmente llenas de opulencia y exceso es cuando conoce a su vecino Gatsby.
Nick nos cuenta una historia de amor y traición bañada toda ella por un infinito desprecio por la alta alcurnia a la que, de una forma quizás menos intensa que el resto de los personajes que le acompañaran en la novela, él también pertenece aunque no le guste. Conoceremos también a Daisy Buchanan, la prima de Nick, a su marido Tom y a una amiga de ambos llamada Jordan por la que Nick se sentirá interesado durante buena parte del verano… Y por supuesto, conoceremos a Jay Gatsby, un millonario misterioso al que todo el mundo adora, debido a las grandes fiestas que brinda, pero al que nadie parece conocer realmente.
¿Quién es Gatsby?¿De dónde ha salido?¿Que pretende con tanta generosidad hacia gente desconocida?
Son algunas de las preguntas que Nick poco a poco y con una manera de narrar que a mí, personalmente, entre lo poética y lo mordaz que es, me ha vuelto loco, responderá a lo largo de toda la historia hasta llegar al desenlace que… Bueno, de nuevo, no voy a contaros.
De entre las múltiples lecturas que se le pueden sacar, a mí El Gran Gatsby me parece un retrato de la alta sociedad en los años posteriores a la gran depresión bastante conseguido debido sobre todo a los contrastes tan fuertes que muestra una y otra vez.
Tenemos a los personajes pertenecientes a la alta sociedad. Ricos porque sí. Los vemos todos los días fumando, perdiendo el tiempo en fiestas, divagando sobre sí ocupar su tiempo en una u otra diversión. En contra a estos, nos muestra una parte de la sociedad más trabajadora y responsable, pero hundida en la más absoluta pobreza obrera.
Luego tenemos a Tom Buchanan, un tipo serio y recto como pocos, invadido por los prejuicios y el racismo y con la ferviente creencia de que pertenece a una clase superior a la que ni con dinero a espuertas se puede acceder porque solo unos pocos son los elegidos para formar parte de ella. En contra tenemos a Gatsby, un tipo optimista, (en exceso diría yo) con unas creencias bastante románticas y utópicas y que no tiene problema alguno en pensar que esa clase a la que el resto de los personajes pertenece es creada en torno al dinero exclusivamente.
Y por último tenemos también a las mujeres, que… bueno, personalmente odio a Daisy cosa mala. Jordan me parece una hipócrita y del resto pues poca puedo añadir.
Iremos viendo la verdadera personalidad de esa “elite” de nuevos ricos. Observando como Fitzgerald retrata una oda a la superficialidad y a la hipocresía que embadurnaba a esa clase de gente. Como son capaces de ignorar lo peor que hacen en pos única y exclusivamente de la apariencia y nos embargara un sentimiento de injusticia y desamparo atroces al llegar al final.
En fin, hay que leer obligatoriamente El gran Gatsby, al menos una vez. La veo como una obra, pese a estar ambientada en el Nueva York de los años veinte, bastante atemporal y la forma de narrar del autor me encanta.
Es fácil, si no te gusta la parte de novela romántica, te gustará la parte de la crítica de la hipocresía y falsedad de la sociedad. Y si no, como mínimo, te encantará el personaje de Gatsby en sí mismo. Así de simple.
Johan R. Wilbur
Cronicasdesdeelfindelmundo.wordpress.com
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