domingo, 27 de noviembre de 2016

La librería ambulante, de Christopher Morley

Reseña de Patricia López Garrido.

Para los amantes de la literatura, los libros de libros y de librerías casi siempre suelen ser una delicia. Desde luego, La librería ambulante, de Christopher Morley, lo es y, si a eso le sumamos el encanto que desprende vender libros por el mundo como un alma libre, pues multiplícalo por dos.

Helen McGill es una mujer de cerca de cuarenta años que se libró de su destino de institutriz gracias a que ella y su hermano, Andrew, pusieron en marcha una granja ubicada en una zona rural del estado de Nueva York. La estabilidad de Helen se tambalea cuando Andrew escribe un libro que, para su sorpresa, se convierte en todo un éxito. A partir de entonces es Helen quien tiene que lidiar con los quehaceres diarios prácticamente sola y soportar que su hermano se ausente durante largos periodos de tiempo para recopilar datos y hacer trabajo de campo para sus libros.

Por eso, el día en que el profesor Roger Mifflin se presenta en la granja con la intención de venderle a Andrew El Parnaso, una librería ambulante dispuesta en un carro tirado por un caballo, Helen decide ser ella misma quien la compre para evitar que su hermano vuelva a dejarla sola y se embarque en una de sus nuevas aventuras.

Sin embargo, tras realizar el trato, Helen le da vueltas a un asunto: además de haber comprado El Parnaso para que Andrew no se marche, es hora de que ella se tome unas merecidas vacaciones después de quince años de entrega total a la granja y a su hermano.

Y así es como emprende su propia aventura, guiada en los primeros momentos por la experiencia del profesor Mifflin, que lleva años dirigiendo El Parnaso. Helen y Roger comparten unos cuantos días de travesía llevando libros a las granjas de la América más rural. Él pone en práctica todas sus técnicas, su entusiasmo y su sabiduría  y ella, como nueva propietaria, se deja contagiar y aprende para poder continuar sola su periplo.

Tras varios incidentes, ventas, sitios y encuentros con gente que ama los libros y otros que algo menos, el profesor se debe marchar para coger un tren rumbo a Brooklyn y trabajar en su sueño, escribir un libro propio. Pero entonces, algo inesperado (o tal vez no) surge en su camino.

En este libro los protagonistas son los libros, y hay un gran número de referencias y citas. Pero, si por algo lo voy a elevar al top ten de mi lista de 2016 es porque en esta historia de las que me gustan en las que hay una persona que cambia de estilo de vida y emprende una aventura que, para más deleite mío, es una aventura con libros, y en itinerancia. Amantes de los libros y de los viajes, ¿qué más se puede pedir?

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